Para Sherin Radwan, de 20 años, estudiante de la universidad Ain Shams, que sí admite a mujeres con niqab, llevar ese tipo de vestimenta es 'un camino a la perfección, una forma de estar más conectada con Alá'.
Embutida bajo su niqab, asegura que lo lleva por voluntad propia desde hace cuatro años, cuando conoció a 'mucha gente en la mezquita y en la escuela que le abrieron los ojos', dice sin dar más pistas.
A diferencia del estado islámico de Irán o de Arabia Saudí, donde el Estado impone una ves.timenta islámica rigurosa, en Egipto el Gobierno no fomenta ni anima a las mujeres a que lleven niqab
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